Estar al lado de una chimenea encendida y dejarse hipnotizar por las llamas del fuego es algo sugerente por lo que, que mejor idea que colocar una en nuestro salón. La chimenea nos da calidez y hace que nuestra casa esté acogedora.
Y lo mejor de todo es que existen chimeneas para todos los gustos y bolsillos. Las hay de obra, para calentarse con leña, modelos que funcionan con gas, abiertas para sentir el fuego o cerradas con cristal de seguridad… incluso portátiles y ecológicas.
Elección de Chimeneas
- Chimeneas ecológicas: Energía renovable: Éstas son de lo último que hay en el mercado, son las de combustibles ecológicos como el etanol desnaturalizado, que es un recurso energético sostenible. És una energía renovable y limpia en la combustión y no produce residuos por lo que no necesitan de conductos de humos ni instalación ninguna ya que se puede alojar en cualquier sitio. Esto hace que haya una gran versatilidad de diseños y que queden muy decorativas allí donde las coloques.
- Chimeneas con leña: Són las más tradicionales y atractivas pero se necesita hacer obras para su instalación. Su limpieza y mantenimiento debe ser constante para evitar que las cenizas obstruyan el tiro y favorecer la correcta salida de humos. Es recomendable que tengan puertas o cristales de seguridad para evitar que nos salten brasas o nos quemen algo que tengamos cerca, por lo que se ha de evitar que hayan alfombras, sofás, moquetas… cerca para evitar accidentes.
Es recomendable ventilar la estancia para asegurarnos de que no quedan humos y nos obliga a tener un rincón en la casa o en el exterior (si se puede) para colocar la leña ya que se necesita mucha.
- Chimeneas de gas: Las de gas son otra opción para calentar y disfrutar del fuego. Las hay metálicas, que sólo necesitan una salida de humos al exterior de 10 cm de diámetro lo que evita grandes obras. Se pueden colocar empotrables o exentas. Resultan muy cómodas de utilizar y mantener.
Para limpiar una chimenea, es importante que tengamos en cuenta que hay que retirar las cenizas de carbón como mínimo una vez por semana. Para hacerlo, se aconseja utilizar un recipiente de metal para que ninguna brasa pueda derretir el plástico en caso de que sea ese el material elegido. Si tenemos una chimena de ladrillo, lo mejor que podremos hacer es frotar con un cepillo metálico y aplicar agua. Luego tendremos que ir pasando una esponja con vinagre por las zonas quemadas para posteriormente enjuagarlas.
En el caso de que la chimenea sea de cerámica, la tendremos que lavar con jabón líquido o detergente para posteriormente enguajar. Si es de mármol, tendremos que usar una mezcla de jabón en polvo para luego enjuagar y secar con un trapo seco. Si la chimenea está lustrada, será conveniente utilizar un producto especial para mármoles.
Las marcas de hollín se pueden limpiar a mano o con la ayuda de una aspiradora. Si vemos que no desaparecen esas marcas, nos vendrá bien utilizar un cepillo duro acompañado de agua. Sobre las manchas difíciles, lo mejor será aplicar vinagre blanco en una esponja o un cepillo y enjuagar bien.
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